Entrevista con Fernado Aguado

ENTREVISTA FERNANDO AGUADO HERNÁNDEZ
22 de Octubre de 2007

Hazme una breve reseña de tu biografía

Nací el 28 de abril de 1979 un sábado de feria y mi madre se quitó un traje de gitana para tenerme. Desde niño tenia afición por pintar. Esto poco a poco fue creciendo y tomando cuerpo de acabar en bellas artes. Pero por aquello de la indecisión empecé estudiando derecho por ser buen estudiante, y duré tres meses. Trasladé expediente y empecé bellas artes tras aprobar el examen de ingreso. Desde que estoy en la carrera estoy trabajando con la pintura y desde el 2004 con la escultura.

Estudios

Licenciado en Bellas Artes especializado en Conservación y Restauración.

Aprendizaje

Elegí en segundo de carrera a Miñarro como profesor de modelado. Ahí empecé a tener amistad con él comenzando a visitar el taller asiduamente. Tuve la suerte de tenerlo también de profesor en tercero en procedimiento escultórico y aquel año le pedí que quería aprender con él y así ocurrió. Pero en su taller lo que mas hacía era observar y colaborar en restauraciones y alguna vez escofinar la madera y estucar. Allí nunca hice talla en directo. Me limité a ser una esponja de absorber lo que veía. La cabeza de mi Nazareno de San José Obrero sí la modelé en su taller y el ni se atrevió a corregirme el modelado porque quiso que hiciera lo que sentía y quería. La imagen la tallé en mi estudio porque no quería tener influencias de nada ni nadie. Con Juan estuve dos años pero siempre lo consideraré mi maestro.

Obra escultórica

Mi primera obra es mi Nazareno de la Caridad de la hermandad de gloria de San José Obrero de Sevilla que ya hoy está en puertas de ser de penitencia. Aun no había terminado la imagen y la hermandad del Ecce Homo de Aspe me confió su misterio y eso se lo agradeceré eternamente. Después me vino el encargo de los arcángeles para la salud de san Isidoro de Sevilla,. Entre tanto he ido haciendo las imágenes de Pilatos y el sanedrita de Aspe hasta que me llegó el encargo del Cristo del Amor del Río San Pedro, el Niño Jesús de Praga de Sevilla, el San Francisco de Paula para San José Obrero, etc.

¿A quién/es consideras tus maestros? ¿Qué es lo que valoras de cada uno de ellos?

Escultóricamente mi maestro es Juan Manuel Miñarro quien me abrió su casa y estudio para ofrecerme las herramientas y conocimiento para hacer mi obra. Su mujer Ana y su colaborador Manuel Mazuecos también me han aportado mucho. De mi maestro valoro su conocimiento y sabiduría, su amor por la anatomía y el estudio de dibujo, su profesionalidad, su cariño, su bondad…..no puedo olvidarme de José Manuel Bonilla quien me ayudo a prepararme el examen de ingreso a Bellas Artes.

Eres un artista muy polifacético. Cuenta un poco los distintos “palos” que tocas.

Intento disfrutar todas las actividades a las que tengo acceso o capacidad de desarrollar. Me gustan la escultura, pintura y la restauración. En cuanto a la música tengo la suerte de tener habilidad con las percusiones y por ello he tocado y sigo haciéndolo con varios artistas. He llegado a tocar la Macarena con Los del Río y el baile del gorila con Melody, entre otros. Es una experiencia curiosa. En la Semana Santa fui músico de la Banda del Sol un año y desde siempre me ha gustado poner flores en los pasos, en los cultos, en fin, intento hacer todo con lo que puedo y me dejan disfrutar.

En referencia a la escultura sacra ¿te consideras más imaginero o restaurador?

Me considero escultor-imaginero. Soy Licenciado en Restauración y tengo un criterio conservador a la hora de enfrentarme a las obras. Creo que hay que conservar la calidad de las obras y respetar los originales. Tan solo considero lícito intervenir realizando alguna policromía nueva cuando la imagen está alterada por un enmascaramiento falso o su realización se fundamenta en una necesidad. Me parece una atrocidad quien intenta hacer suyas obras de los demás metiendo la gubia a diestro y siniestro para dejar su huella.

¿Cuáles son tus escultores clásicos preferidos? ¿Qué tomas de cada uno de ellos? ¿Y de los actuales?

A mi se estremece el alma cuando admiro a imagineros como Roldán, a Montañés, a Mesa, a Luis Salvador Carmona, y a genios como Miguel Ángel, Leonardo, Bernini, Mocci, Torrigiano… creo que son palabras mayores y su magia me aporta soñar con transmitir con mi obra la grandeza que ellos dieron, pero se que es imposible. Los genios ya han nacido. Pero sigo sus directrices para la imaginería ya que ellos acertaron en la manera de sentar las bases de la escultura religiosa. De los imagineros de hoy me quedo con Romero Zafra, con mi maestro, con Arteaga, Darío Fernández, etc… hacen las cosas dignamente y eso es para mi fundamental. Bebo de todos porque de todo el mundo se aprende. Pero jamás copio porque hacerlo es estar por debajo de un original.

¿Cómo definirías tu estilo en cuanto a escultura se refiere?

Creo que soy clásico. Tiendo a mirar hacia las bases sentadas en la imaginería del barroco aunque también tengo en cuenta la cierta modernidad que hoy podemos encontrar en la estética de la imaginería. Me siento barroco y algo renacentista.

Se nota tu preparación como pintor ¿cómo definirías tus policromías? ¿Qué te gusta resaltar en tus obras?

Mis policromías responden al naturalismo. Utilizo una paleta amplia de colores para que la pátina sea un medio integrador de un rico abanico cromático y no una maniobra de ocultación para oscurecer o envejecer. A eso me ha ayudado ser pintor antes que escultor aunque he de reconocer que la escultura me puede y con ella me siento más realizado.

¿Cómo ves el panorama actual de la restauración? ¿No crees que, a pesar de los medios actuales, se siguen cometiendo demasiadas barbaridades?

He de reconocer que hay muchas cosas de la restauración que hoy se practica en la imaginería procesional con las que no estoy muy de acuerdo porque pienso que son obras hechas para cumplir una función concreta y no para quedarse en un museo. Hay limpiezas que me parecen horrendas porque dejan planas las imágenes, sin vida. Tengo un criterio muy personal, basado en los principio de respeto a la obra, pero creo que hay veces que hay que coger el toro por los cuernos y dejar un poco al lado el exceso de pulcritud.

En tus imágenes pasionistas se observan expresiones de dulzura y un dolor contenido ¿es así como lo entiendes?

Pienso que hay que transmitirle al devoto y que ese es el camino. La imaginería aleccionante y amenazante se hacia en el románico. Quien hoy se acerca a rezar necesita encontrar la bondad de Dios y de su Madre y eso intento conseguir en mi obra.

Te enfrentas a lo que será tu primera imagen dolorosa en una cofradía en la que la Virgen de la Amargura es todo un referente ¿cómo te la planteas?

Como una mujer de entre 40 y 50 años, exhausta de dolor y de llanto que ve como Longinos, se postra a sus pies rogando su perdón al arrepentirse de todo lo ocurrido. Y ella saca fuerzas de flaqueza para consolarlo diciéndole que aquello estaba escrito y era designio del Altísimo. Para mi es un orgullo aportar una nueva iconografía a la Semana Santa y que se quede entre gente que confía plenamente en mi y me ofrece tanto cariño.

Cuéntanos un poco tu idea personal con respecto a la remodelación del misterio de la Cofradía de la Vera-Cruz de Puerto Real ¿qué intentas transmitir?

Quiero transmitir la grandeza de la Santísima Virgen y del misterio de la Redención. La importancia y la entereza de María asumiendo su papel de madre de Jesús a los pies de su cadáver ofreciendo el perdón y el consuelo a quien lo necesita.

¿Te parece que con esta remodelación que acometes el misterio queda completo?

Soy sincero conmigo mismo y con la gente. Artísticamente el tesoro de la hermandad es la Virgen de la Amargura. Pero yo no entro a valorar devociones. Pienso que los cambios han de nacer de la inquietud de una cofradía y no del capricho de un escultor por meter imágenes suyas en un paso. Yo haré para la cofradía lo que se me encargue con todo el cariño y el respeto y a su disposición me encuentro, pero jamás incitaré a un cambio de imagen que no sea deseo de la cofradía.

Si una imagen es de poca calidad ¿se mantiene por devoción? ¿Se reforma? ¿O se sustituye por una más digna?

Está claro que la devoción es un peso importantísimo. Es verdad que la Semana Santa es estética y las cofradías la buscan constantemente. Yo no reformo una imagen porque pienso como conservador que la obra ha de ser como se concibió y no alterarla. Es preferible cambiar por algo verdadera y objetivamente mejor que incluso acreciente la devoción y conservar la imagen anterior con la dignidad que se merece. Creo en los cambios cuando responden a un deseo mayoritario y a una necesidad en la que de la mano vaya la necesidad de la dignidad estética y de la devoción. Cambiar por algo peor, mediocre o sin personalidad… nunca lo entendería.

¿Cómo ves el panorama actual de la escultura sacra? ¿No te parece que se está bajando demasiado el nivel?

La máquina de puntos facilita mucho que quien se atreva a modelar y a escofinar una pieza se haga llamar escultor. Estos “imagineros” son quienes además tiran los precios por los suelos y los mayores culpables son las cofradías que acceden a ello. Hay gente muy buena, y gente muy mala. Yo creo que estoy en la barrera de la dignidad en la que se hace una obra correcta a la que se le puede rezar. Poquito a poco vendrá el perfeccionamiento y la nota de calidad que cada persona te quiera dar.

¿Está todo inventado en la escultura sacra?

Quedan muchas maneras de decir las cosas. Las líneas estéticas están descritas, pero queda la personalidad de cada escultor, la valentía compositiva, la expresividad, etc. Yo me he sacado de la manga una iconografía nunca antes realizada. Y no será la última que se cree.

¿Cómo se lleva eso de ser uno de los escultores de moda del momento?

Creo que no estoy de moda. Quizás la relación calidad precio es barajable y por eso puede ser que mi nombre suene algo en este mundo. No soy nadie ni tengo nombre para estar de moda. Lo que se lleva con mucha ilusión es recibir llamadas de gente que quiere contar contigo para un proyecto. Eso alienta a seguir creciendo.

Háblanos de tus próximos proyectos profesionales.

Voy a remodelar el misterio de las Viñas en Jerez con proyecto de renovación completa más adelante, termino este año el misterio del Ecce Homo de Aspe, Nuestro Misterio, la Virgen de la Esperanza del Río San Pedro para mi Cristo del Amor, los trabajos que le estoy haciendo a la Macarena de Sevilla, etc… Gracias a Dios tengo mucho trabajo.

Fuera de Sevilla ¿para qué ciudad o cofradía te haría ilusión trabajar?

Ya se me han cumplido dos. Sevilla y Jerez en la que acabo de entrar. Desde chico la Semana Santa jerezana me tenía enganchado y ahora me llega la oportunidad. La verdad es que me hace ilusión todo aunque reconozco que Andalucía entera y Valladolid son una referencia. Ya tengo un santo pequeñito en Roma y si Dios quiere allí tendré un Belén. Quien sabe…

Muchas gracias, Fernando.